Escucha
Las prisas, los agobios, el ajetreo de la vida y el bullicio de las grandes ciudades de pronto se han tornado en una extraña paz. El confinamiento forzoso al que muchas sociedades nos hemos visto abocados a causa de la pandemia del COVID-19 ha supuesto un frenazo en seco a un estilo de vida ya de por sí demasiado vertiginoso. Sólo los hospitales y centro sanitarios han permanecido sin sosiego en este tiempo, pero nuestras calles, estaciones de trenes y aeropuertos, centros comerciales y locales de ocio han quedado inusualmente vacíos.
Esta extraña situación de sosiego forzado y encerramiento, de cese obligado de las habituales ocupaciones sumado a la preocupación por la amenaza sanitaria y la incertidumbre han despertado en mucha gente una mirada sobre sí mismos, hacia su estilo de vida y actitudes vitales. Preguntas que desde las camas de los hospitales se han convertido en un auténtico grito: la necesidad de hablar de lo que hay dentro, necesidad de sentirse escuchado y acompañado. Una legión de sacerdotes, religiosos y voluntarios se han lanzado a esta labor muchas veces olvidada en el trajín diario.
Desde la Revista “Teresa de Jesús” queremos entrar en esta doble realidad de Acompañar y ser acompañados. Todos en la vida necesitamos alguien que nos escuche, que nos acompañe, con quien caminar. Escuchamos el testimonio de los que han vivido esta situación de cerca en estos meses y nos hablan de una realidad que han podido tocar con el corazón.
David Jiménez Herrero, OCD
Julio-Agosto 2020