DOCTORADO
Pocas efemérides, de todas las que pueblan el calendario teresiano, reviste tanto realce como la que en estos días celebramos: el cincuenta aniversario de la proclamación de santa Teresa de Jesús como Doctora de la Iglesia. La primera mujer en recibir tal reconocimiento.
Aún parece resonar la firme voz del papa San Pablo VI en la Basílica del San Pedro reconociendo el doctorado de la santa abulense el 27 de septiembre de 1970. Y aunque hoy no nos cueste admitir la excelsa doctrina de la mística carmelita, con su proclamación cayeron algunas barreras que parecían eternamente cerradas para la mujer en la Iglesia. “Mujer excepcional”, dijo el santo Papa al referirse a Teresa como mujer de extraordinario valor religioso, espiritual y de eminente doctrina que había de ser reconocida por toda la Iglesia.
Mucho se ha hablado en estos últimos cincuenta años de Teresa de Jesús y su doctrina en diversos ámbitos de la Iglesia. Ahora, desde la revista “Teresa de Jesús”, cuando celebramos el cincuenta aniversario de su doctorado, volvemos la mirada al camino recorrido desde diversos ámbitos académicos, artísticos y también eclesiales que anhelaban este reconocimiento oficial por parte de la Iglesia, de lo que el pueblo fiel siempre había contemplado con exquisita normalidad.
David Jiménez Herrero, OCD
Septiembre-Octubre 2020