Fraternidad
La fraternidad y la amistad social centran el corazón de la nueva Encíclica que el papa Francisco ha publicado tomando como título “Fratelli Tutti” en expresión de san Francisco de Asís. Se trata de una mirada fresca al ambiente cada vez más enrarecido de nuestras relaciones sociales y políticas. Una llamada a construir un mundo abierto alejado del ‘virus del individualismo radical’ y apoyado en un dinamismo de apertura a todos, especialmente de los más débiles y excluidos. Un nuevo mundo en el que el amor y la amabilidad se conviertan en la clave de la mejor política.
Una y otra vez esta llamada a la fraternidad universal resuena como un aldabonazo en la conciencia del mundo entero y como base sólida para hacer realidad el proyecto de vida de Jesús de Nazaret. Fue la fraternidad la que descubrió a San Francisco de Asís la esencia de su estilo de vida, al percibir la presencia de Dios como Padre en el encuentro con el otro, no como enemigo sino como prójimo.
Todo proyecto religioso y espiritual necesita ser testado por no quedar en un mero subjetivismo adornado con bellas palabras. El amor y la fraternidad se convierten en la prueba de autenticidad de vida. Prueba a la que la propia santa Teresa recurre una y otra vez a lo largo de sus escritos recordando a sus hermanas que sin amor a Dios y al prójimo de nada sirven largas horas de oración, contemplación y gracias místicas. El amor y la fraternidad serán uno de los pilares de la reforma teresiana donde “todas han de ser amigas, todas se han de amar, todas se han de querer, todas se han de ayudar”
David Jiménez Herrero, OCD
Enero-Febrero 2021