San José
Si entre los santos hubiese un ‘ranking’ que midiera la valoración, el aprecio o incluso la devoción con la que algunos fieles distinguen entre cada uno de los bienaventurados que gozan de la presencia de Dios, no cabe ninguna duda que san José, esposo de María y padre putativo de Jesús, se llevaría la máxima puntuación en la escala particular de santa Teresa de Jesús.
A él dedicó la mayoría de sus fundaciones y siempre en todas ellas una imagen de este santo acompañaba la expedición fundacional. En los palomarcitos carmelitanos el día de san José siempre era fiesta y de las grandes, para celebrar que no había cosa que le hubiera encomendado que se la concediese. Para Teresa de Jesús, este santo patriarca se convirtió en abogado y señor, patrono y guía espiritual de las personas orantes.
Así lo recuerda el papa Francisco al comienzo de la Carta Apostólica “Patris Corde”, escrita con motivo del 150 aniversario de la declaración de san José como patrono de la Iglesia y en la que declara este año como Jubileo de san José. “Con corazón de padre” son las primeras palabras de esta preciosa carta papal en la que, con inmensa ternura, Francisco nos invita a contemplar la figura de san José y a aprender de su relación con Dios.
A través de las páginas del presente número de la Revista “Teresa de Jesús” nos acercaremos a la figura de este “glorioso santo” y su presencia en la Iglesia en general y en el Carmelo de Teresa en particular.
David Jiménez Herrero, ocd
Marzo-Abril 2021