Hijos de santo Domingo
Juana de Aza, tuvo un sueño un tanto perturbador estando embarazada de su hijo. Soñó que daría a luz un perro que sujetaba entre sus fauces una antorcha encendida. Juana dio a luz a su hijo Domingo, conocido después como santo Domingo de Guzmán. Apasionado por Jesucristo y por la búsqueda de la verdad en las páginas del Evangelio y del saber. Santo Domingo hizo realidad el profético sueño de su madre iluminando el mundo con la predicación.
Apenas cinco años antes de su muerte en 1221, Domingo de Guzmán organizó una comunidad de hermanos que viviendo pobremente, se dedicaran al estudio y a la predicación. Aquel fue el germen de la Orden de Predicadores, más conocidos como los Dominicos. Orden religiosa mendicante que tanto ha ayudado a la Iglesia con su predicación, su dedicación al estudio de la teología y la búsqueda de la verdad.
Santa Teresa de Jesús encontró siempre entre los “hijos de santo Domingo” grandes amigos y consejeros que no dudaron en arrojar luz y discernimiento a la experiencia mística de la Santa castellana. Entre los frailes dominicos Teresa encontró confesores, consejeros leales y amigos que le ayudaron a poner por escrito su experiencia y a desarrollar su labor fundacional.
De ahí el gran amor que Teresa de Jesús profesó siempre por estos frailes letrados y por su fundador Domingo, al que según cuenta la tradición, visitando en Segovia la “Cueva de santo Domingo” y rezando al santo de Caleruega escuchó decirle estas palabras: “Tened hermana mía mucho cuidado de mi Orden, que yo la tengo e terné de la vuestra”
Este mes de enero los Dominicos clausuran el Año Jubilar con motivo del 800 aniversario de la muerte de Santo Domingo y la revista “Teresa de Jesús” quiere volver su mirada agradecida hacia aquellos que Teresa llamaba cariñosamente: “Los hijos de santo Domingo”.
David Jiménez Herrero, ocd
Enero-Febrero 2022